Es muy fácil hablar de poesía. De hecho, es tan fácil. Es tan fácil como hacerla. Vamos, querendones, en vez de escribir a lo largo se escribe finito y para abajo. Hay que ser lineal, muy sentimental y muy pero muy arriesgado con el lenguaje. Y piola, porque acá el que no es cool no trasciende.
De todos modos, admito, no deja de sorprenderme la insistencia y la convicción firme de esta gente que, contra todo pronóstico, es la que más se muestra, organiza encuentros de poesía, revistas, se escuchan entre ellos, se leen entre ellos, es todo tan armónico “entre ellos”. Es muy fácil.
¿Y por qué yo no soy parte de ellos?
¿No vieron? ¡Están por todos lados! Cuando uno menos se lo espera, zácate, ahí te están leyendo un cuasi poema tan liviano que no te conmueve.
Se juntan, se mueven, se desplazan cual necesidad urgente de ser recibidos por su público que no abre la boca salvo para decirle que 'le encanta'.
No, no hay crítica. La poesía necesita una crítica más exhaustiva.
¿Estaremos indagando sobre campos tan diferentes bajo un mismo nombre?
Dónde se aloja lo complejo, pues. Qué es fácil para mí. Cómo explicar lo que me conmueve. Cómo hablar acerca de las valoraciones puestas sin ser sectaria pero tampoco lo suficientemente comprensiva como para aceptar lo que venga en son de aceptar las reglas del juego.
¿Y por qué yo no soy parte de ellos?
Se juntan, se mueven, se desplazan cual necesidad urgente de ser recibidos por su público que no abre la boca salvo para decirle que 'le encanta'.
No, no hay crítica. La poesía necesita una crítica más exhaustiva.
¿Estaremos indagando sobre campos tan diferentes bajo un mismo nombre?
Dónde se aloja lo complejo, pues. Qué es fácil para mí. Cómo explicar lo que me conmueve. Cómo hablar acerca de las valoraciones puestas sin ser sectaria pero tampoco lo suficientemente comprensiva como para aceptar lo que venga en son de aceptar las reglas del juego.
¿Y por qué yo no soy parte de ellos?
Para mí el riesgo no pasa estrictamente por mi yo poético. El riesgo es otra cosa, querendones.
2 comentarios:
Nunca da lo mismo. Porque si lo miro de allá parece romperse fuerte espuma contra el murallón. Pero, si lo miro desde este lado, claro, ahí las letras van apiñadas en monociclo, jugando malabares de acentos para cruzar la cuerda floja, que abajo está el abismo y el león con su autoayuda.
Cierto es, abunda poesía.
Pero con esto de los blogs está como de moda.
Todos son poetas.
Todos son fotógrafos.
Perdón.
Todos son grandes poetas.
Todos son grandes fotógrafos.
Pero dónde quedó eso que era.
Esa palabra que hacía temblar.
No se puede evitar la desconfianza ante lo bundante...
Lo bueno, dicen, viene en frasco chico. Cierto o no, pienso que en este caso hay demasiados frascos con malas poesías y malas fotos.
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