domingo, octubre 08, 2006

Preguntas

¿Deseo de imprimir tu huella dactilográfica en el mundo de la escritura?
Panteón editorial. A golpear puertas se ha dicho.
Huella única, irreproducible es la tuya. Pero antes: algo para decir.
Otras huellas están allí. Bibliotecas inmensas. Nombres impresos en papel y otros no tan importantes en un monitor.
Alguien entinta tus yemas en tinta oscura y espesa. Imprime la huella.
No duele.
No emociona.
No nada.

Estamos en problemas.
La poesía no vende ni lastima.

Y es mi estigma.

Un evento particular (o la comunión de los chasquidos)

chasquido. (De chascar). m. Ruido seco y súbito que produce el romperse, rajarse o desgajarse algo, como la madera cuando se abre por sequedad o mutación de tiempo.

Es muy fácil hablar de poesía. De hecho, es tan fácil. Es tan fácil como hacerla. Vamos, querendones, en vez de escribir a lo largo se escribe finito y para abajo. Hay que ser lineal, muy sentimental y muy pero muy arriesgado con el lenguaje. Y piola, porque acá el que no es cool no trasciende.
De todos modos, admito, no deja de sorprenderme la insistencia y la convicción firme de esta gente que, contra todo pronóstico, es la que más se muestra, organiza encuentros de poesía, revistas, se escuchan entre ellos, se leen entre ellos, es todo tan armónico “entre ellos”. Es muy fácil.
¿Y por qué yo no soy parte de ellos?

¿No vieron? ¡Están por todos lados! Cuando uno menos se lo espera, zácate, ahí te están leyendo un cuasi poema tan liviano que no te conmueve.
Se juntan, se mueven, se desplazan cual necesidad urgente de ser recibidos por su público que no abre la boca salvo para decirle que 'le encanta'.
No, no hay crítica. La poesía necesita una crítica más exhaustiva.
¿Estaremos indagando sobre campos tan diferentes bajo un mismo nombre?
Dónde se aloja lo complejo, pues. Qué es fácil para mí. Cómo explicar lo que me conmueve. Cómo hablar acerca de las valoraciones puestas sin ser sectaria pero tampoco lo suficientemente comprensiva como para aceptar lo que venga en son de aceptar las reglas del juego.
¿Y por qué yo no soy parte de ellos?
Pues, eso es algo muy lógico. A mí no me da lo mismo. Éste es mi chasquido.
Para mí el riesgo no pasa estrictamente por mi yo poético. El riesgo es otra cosa, querendones.

Viva la pregunta

¿Qué es un poeta menor?
¿Debe contrastarse con un poeta mayor?
¿Hay una medida de tiempo para la poesía?
Si es por eso, señalo ironía donde no hay.
¿Tendrá que ver con las aspiraciones personales? (¿con una clasificación de aspiraciones?)
¿Tendrá que ver con las clases sociales? (¿con una clasificación de sociedades?)
¿Tendrá que ver con los alcances de la escritura?
¿A quién se le antojó semejante definición?

Sobre recomendaciones

Es así:

Si una persona te quiere recomendar un libro me parece fundamental cómo te lo recomienda.
Por ejemplo:

Si me dice que lea tal libro porque tiene una construcción poética impecable y porque su gramática desliza un conocimiento perfecto del castellano y abarca géneros varios

ó

Si me dice que lea tal libro porque está buenísimo y punto

Definitivamente, elijo la segunda opción (aunque el libro luego resulte una decepción).

La amistad poética

Puedo decirlo, se extraña cuando no se la conoce.
Se extraña de rareza, de ese extraño sentimiento iluso de haberla sentido.
Pero después, después de que uno la abraza, la palpita, entonces no, no se la extraña.
Se la vive. Se la comparte.

Salud, amiga!

¡Lomo de burro!

¿Quién dijo que nos caímos?
Vamos juntando miguitas de pan para alimentar a la poesía. Palabra única que condensa sensaciones dispares. A veces, un modo del cuerpo: el Bueh de Boca Torcida. A veces, una lágrima que desborda del ojo y cae hasta el suelo para transformarse. A veces, un pensamiento, un pensamiento que dibuja cuatro líneas y busca puentes.
¡Sí! La poesía es de todos y para todos.
No es perder tiempo.
No es perder espacio.
No es perder.
Es la búsqueda misma la que responde nuestras preguntas: el hecho poético consiste en andarse. Y los materiales van modificándose. No son materiales definitivos los que se usan en poesía. Sí, palabras, sí, ritmo, pero sin embargo algo más.
Puede ser que la ruptura ya no sea un desarraigo doloroso. Puede ser que sea ya una zona de surco, de borde, de trabajo arduo, de creatividad.
La pregunta se torna, entonces, en qué es lo que hay para decir.
Y cómo decirlo. Y por qué poesía.
Los ‘decires’ ¡sí, también! van modificándose. Porque nosotras nos modificamos.
Y nuestra elección es poetizar.
¿Será que escribimos desordenadas?
¿Por qué para algunos escribir un primer libro de poemas es el comienzo y para otros es el final?
¿Por qué abunda el lenguaje de todo tipo y no abunda la poesía?
¿Por qué este sentir que el formato de poesía actual no contiene poesía?

Giro a la izquierda

Le entregué mi primer libro de poemas.
Bueh.
Sí. Bueh.
Boca Torcida, por ejemplo. Su Bueh rompe con la posibilidad de una lectura sin prejuicios. Ese Bueh encamina a Boca Torcida a un prejuicio. De nada sirve que balbucee algo en mi defensa contra ese Bueh. Los versos que entrego son mi retaguardia. Pero qué retaguardia muda si Boca Torcida prefiere no leerlos en nombre del "no tengo tiempo".
Pero también hay otros caminos.
Los caminos del no entiendo la poesía.
Los caminos del no leo poesía.
Los caminos del no publico poesía.
Los caminos de la poesía no es redituable.
Los caminos de la poesía es de algunos guetos.
¡NO!
La poesía es de todos y para todos.
Ya lo dijo León Felipe:

Poesia,
tristeza honda y ambición del alma.
¡cuándo te darás a todos...a todos,
al príncipe y al paria
a todos...
sin ritmo y sin palabras!

Primer camino

La palabra diario/bitácora/anuario/agenda y la poesía. El experimento es hacer poesía diaria.
¿Por qué su "trono" de género difícil? Siempre esta inquietud: ¿trabajo “pulido” o disposición de espacio?

Preguntas de un camino en común.
Preguntas de una acción que intenta responderse.