soñé. era una casa de ventanales preciosos que la escritura me navegó a contar. un mar estrecho y generoso se agita y desliza en el aura de mis ojos; ahora, que los párpados subieron y yo, súbita, en un segundo, sólo en un segundo, soy todas las posibilidades y más. después del segundo, mi cielo se queda prendido: era una casa de ventanales preciosos. eran palabras, también. era toda la música. y súbita quedo: son mis palabras, es mi música. y el brillo de todas las cosas como cuando se aprende a abrir la puerta.
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